La Convergencia Estratégica de Bits y Kilovatios
La reciente dinámica de la Inversión Extranjera Directa (IED) en México, con un notable flujo de capital hacia centros de datos, infraestructura digital y proyectos energéticos, señala una transformación profunda que excede el mero nearshoring tradicional. Esta tendencia, destacada por el ex titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, sugiere que México está forjando una “economía de datos, Inteligencia Artificial (IA) y energía”.El dato clave que valida este cambio de perfil es el aumento del $15\%$ en la IED captada en el tercer trimestre de 2025, alcanzando los USD 41,000 millones. Más del $30\%$ de este capital proviene de Estados Unidos, reforzando la integración económica regional, pero con un enfoque en sectores de alto valor agregado.
El Modelo de Negocio: Energía y Digitalización
La esencia de esta nueva economía es la interdependencia crítica entre la energía y la infraestructura digital. Los servidores, los centros de cómputo y las plataformas de procesamiento de datos que sostienen la IA y los servicios en la nube demandan una cantidad masiva y constante de electricidad.
Al atraer estas inversiones, México busca elevar su complejidad económica. El objetivo ya no es únicamente ensamblar productos (nearshoring de bajo valor), sino generar, procesar y almacenar datos, convirtiéndose en un verdadero hub tecnológico para la economía de la información global.
Comentario del Editor: La Visión Ambiciosa frente a la Realidad Estructural
El planteamiento de una economía basada en datos, IA y energía es ambicioso y estratégico. Si México logra consolidar este perfil, el país no solo diversificará sus fuentes de IED y reducirá su dependencia de la manufactura de bajo valor, sino que también generará empleos altamente especializados en ciencia de datos, machine learning e ingeniería energética.
Sin embargo, para que esta visión se materialice, México debe enfrentar una serie de desafíos estructurales urgentes:
- El Cuello de Botella Energético: El principal obstáculo es la capacidad energética. Los centros de datos requieren un suministro eléctrico confiable y suficiente. México debe acelerar drásticamente el desarrollo de su infraestructura de generación y, crucialmente, de transmisión para evitar la congestión de la red y el desabasto localizado.
- La Necesidad de una Transición Limpia: La demanda masiva de electricidad no puede depender de fuentes contaminantes o obsoletas. Para ser un hub tecnológico globalmente atractivo y responsable, la inversión en IA debe ir de la mano de una estrategia de energía verde.
- Marco Regulatorio y Competencia: La seguridad y la certidumbre jurídica son vitales. México compite con otros países por estas inversiones, por lo que necesita mantener políticas claras y estables que aseguren el capital, además de garantizar redes robustas y regulaciones ágiles para el sector digital.
A mediano y largo plazo, una transición exitosa hacia una economía verde y digital tiene el potencial de impulsar la productividad, mejorar el crecimiento del PIB y asegurar una inserción mucho más ventajosa de México en las cadenas globales de valor. La visión está ahí, pero la ejecución depende de resolver la ecuación energética y regulatoria.